Noventa y cuatro días contados, no todos los días, no todas las horas.
Unos enésimos besos, unos cuantos abrazos.
Lágrimas de publicidad, risas de verdadera felicidad.
Menos seis días contados, todos los días, a todas horas.
Ningún beso, el nulo abrazo.
Lágrimas de frialdad, risas de incredibilidad.