viernes, 23 de julio de 2010

Orejas

Sigo los pasos de alguien que alguna vez fue un extraño. El momento en que dejó de serlo lo tengo muy presente. Caminaba, con la cabeza baja como un día me acostumbre, seguía las pisadas de él. En algún momento escuché mi nombre, no voltee. Volví a escucharlo, la voz era dulce pero muy firme. Subí la mirada y esa persona extraña no estaba mas frente a mi. Traté de seguir, pero como una pequeña hormiga perdí el rumbo. La voz me llamó una vez mas. Mi mirada sin pensarlo se dirigió hacia mi lado izquierdo. Y lo encontré. El antes extraño, me tomaba de la mano, pero esa mano que antes era mía ahora era de él. Así como mis brazos, mis piernas, mi pecho, mi corazón.
Y cualquier cosa, que antes podría ser solo mio, él lo tomó y lo abrazó como suyo. Ser tu y que tu seas yo, hace que ese día que seguí los pasos de un extraño, se materialice en lo mejor de mi vida.

1 comentario:

CC dijo...

Proyección hacia el futuro. Te amo, mi Maritz.