Quería decirlo, pero no encontraba la manera de que el viento que emana mi voz al salir de mi boca no moviera ni un poco tu cabello. Y al final te deshiciste de él. Ahora, eso ya no importa... puedo gritarlo, puedo mover mis labios rápidamente y aún así tu cabello permanecerá donde está, todo el tiempo. Ya no tengo como justificar mi silencio, mi necedad de callar cuando tu hablas. Comenzaré a hacerte preguntas, dijiste.
Aunque tu cabello es algo secundario, es parte de ti, lo amo. El cabello importa, pero ahora me concentro mas en tus cejas.
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