Amo las metáforas, pero creo que de lo mucho que las he usado se me están acabando. Aunque pienso que no debe de ser así, ellas, como la vista del cielo desde cualquier punto terrenal, son infinitas.
Encuentro este instante fascinante. El solo hecho de que el sol se mantenga girando a millones de kilómetros sobre mi cabeza, caliente y de energía a cada parte de mi, radiante. El viento que mueve mi cabello de un lado a otro, enredándolo para que después yo pase mis dedos entre los mechones para que yo lo desenrede. Amo el claro sonido de las palabras en el viento.
Y tu, tan fantástico. Que aunque no estás físicamente a mi lado, te siento, cada instante. Irremediablemente, ahora, eres parte de mi. Y no quisiera remediarlo jamás. Intensificas mi existir. Si antes pensaba que la vida no puede ser mejor, ahora tu simple existencia, extraordinaria.
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