jueves, 7 de enero de 2010

El sillón del atardecer.

El color es el mismo, solo que lo percibimos diferente. Como todo.
Ahora el tiempo corre, rápido, así lo siento yo. Pero, sorpresivamente, sano conforme el tiempo pasa.
Desear es sólo una excusa para no tener. Y creo que aveces tengo, pero sólo en pensamientos, que es casi relativo al creer.

Hablar o carcomerse. No es una cuestión, es sentido común. Prefiero que las palabras sean devoradas por el sarcasmo o el cinismo que puedes ofrecer. Pero no es así. El dulce sentido de las letras que siempre llenaban ese cuarto, me transporta a los momentos excitantes que me llevan en sus bolsillos.

Hoy el verte es subjetivo, como las manos besuconas que tanto amabas.

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