martes, 12 de enero de 2010

11º

No sientes, debajo de esa clara tez
Que a veces es cálida como
brisa de lluvia en primavera.
Donde se esconde un estupefacto ser
que algún día sabía que conocería.

Dolor, infame dolor, crece,
Cual raíz alimentada en el campo.
Se fortalece con tus palabras enraizadas
En el sentido descontento del corazón.

Tonto corazón, tomó la distancia
Como fiel amiga y lo llevó al peor de los desgarres.
Aunque el tiempo le advertía de la difícil caída,
No se dio por vencido estúpidamente.

Cree, en lo más recóndito de sus entrañas,
Ciegamente, como un pequeño que sin más,
Cree en el regordete vestido de rojo de blancos cabellos.

Espera, a retomar ese capítulo inconcluso
De pesadas caricias jamás terminado.
Pero no llegarás, los labios esperan
El último beso, que se repite continuamente.

Frío, difícil sensación, el cuerpo
A flor de piel lo siente a la décima potencia.
Las manos acarician el vacío, que es más fiel
Que la propia idea de ti mismo.

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